HOMERO: EL CABALLO DE TROYA
Homero fue un poeta griego que compuso
hacía el siglo VIII a. C. dos obras: la Ilíada y la Odisea. Algunos
historiadores piensan, sin embargo, que Homero nunca existió y que sus
supuestas obras son de autoría colectiva. El caso es que dichas obras son dos
larguísimos poemas, por lo que estaban compuestos en verso. Aunque la
existencia de Homero se sitúa en época arcaica, lo que narra en sus obras no corresponde
a la Grecia que el vivió sino a la Grecia el pasado, la de Época Palacial, en
la que él suponía que hubo grandes héroes y terribles batallas.
En la Ilíada se narra la Guerra de Troya.
Se supone que el conflicto estalló cuando un troyano, Paris, raptó a una princesa
griega, Elena. En el bando griego intervinieron grandes héroes como Agamenón (rey de Micenas), Ulises (rey de Ítaca) y Aquiles, el más temido de los héroes
griegos. En el bando troyano se encontraban Príamo, rey de Troya y su hijo Héctor
que era un poderoso guerrero. Tras años de intentar asaltar las fuertes
murallas de Troya, los griegos estaban a punto de desistir cuando al ingenioso
Ulises se le ocurrió una idea. Construirían un enorme caballo de madera hueco
en el que los mejores guerreros se esconderían. Por la noche lo colocarían
frente a las puertas de Troya y por la mañana
les dirían a sus habitantes que se rendían y que volvían a Grecia. Pero antes,
reconociendo su derrota, les dejaban allí un reglo, un trofeo en forma de caballo.
Los troyanos en principio desconfiaron pero luego aceptaron y metieron el
caballo en la ciudad. Al anochecer, cuando solo unos pocos guardas estaban
despiertos, los griegos salieron del caballo, los mataron, abrieron las puertas
y dejaron pasar al resto del ejército que se había escondido para dar la
sensación de que se había marchado a Grecia. Una vez dentro arrasaron la ciudad
y saquearon sus tesoros.
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