Fundición del Cobre (Edad del Cobre, también llamada Calcolítico).
La metalurgia, es decir, el arte de trabajar el metal, se inició en el Creciente Fértil hacia el V milenio a. C. Dicha actividad se inicia con un metal precioso, el oro, que al ser tan blando bastaba con golpearlo en frío para que adoptara la forma deseada, normalmente láminas destinadas al adorno, no a la fabricación de herramientas. El siguiente metal en ser utilizado fue el cobre. Para trabajar éste se utilizaba la técnica de la forja. Primero se calentaba y luego se le daba la forma deseada con un martillo. Poco después se mezcló el estaño con el cobre y se obtuvo una aleación más pesada y sólida llamada bronce. Sin embargo muchas veces no se limitaban a calentar un poco el metal sino que lo licuaban por completo para poder verterlo en moldes y que la forma de la herramienta saliera perfecta. Esta técnica se llama fundición. A partir del año 1500 a. C. se empieza a utilizar el hierro. Al igual que el bronce, y debido a su gran dureza, muchas veces no se forjaba sino que también se fundía. En el terreno social es en esta época cuando empieza a advertirse una división del trabajo. Es decir, que va a haber especialistas que sólo hagan una cosa: herreros, alfareros, agricultores, pastores. A diferencia de lo que ocurría en épocas pasadas en las que todo el mundo hacía de todo. Por esta razón los que se dedicaron a actividades más lucrativas, como la del comercio y fabricación de herramientas de metal, trataron de monopolizar dichas actividades y empezó a haber gente rica y gente pobre, algo que en el neolítico no ocurría, siendo todos económicamente iguales.
En esta época es también cuando se inventa la rueda.
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