Imágenes de la Península Ibérica



CRONOLOGÍA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA ANTIGÜEDAD
La cronología de La Península en la antigüedad resulta un tanto complicada porque conviven al mismo tiempo y casi en un mismo lugar pueblos colonizadores (extranjeros) y pueblos indígenas (originarios de la Península). Además casi todos estuvieron en contacto entre si y , por lo tanto , se influenciaron mutuamente.

Pueblos Indígenas Ed. Cobre (1000 a. C.)
Fenicios: (750-550 a. C.)
Tartessos: (700-550 a. C.)
Griegos(575-218 a. C.)
Iberos: ( siglos VI –III a. C.)
Celtas: (siglos VI-III a. C.)
Cartagineses(siglos III –  II a. C.)

Pueblos indígenas

Pueblos colonizadores



Mapa de las colonizaciones fenicias

Los fenicios fueron un pueblo que surge hacia el año 1000 a. C. en un lugar llamado, geográficamente hablando, la Costa Sirio-Palestina. En la actualidad en ese lugar hay varios países: Siria, Líbano e Israel.
Esta civilización estaba rodeada por otras dos muy poderosas, la egipcia y la mesopotámica. Por eso nunca pudo aumentar su territorio, que era muy seco y pobre. No les quedó otra solución que aventurarse en el mar y dedicarse al comercio marítimo de lujo. Para facilitar su labor comercial las principales metrópolis fenicias (Tiro, Sidón  Biblos) hicieron lo mismo que las griegas, es decir, fundar muchas colonias por todo el mar Mediterráneo. Las principales de esas colonias fueron Cartago (situada en el actual Túnez) y Cádiz. (Metrópolis: una ciudad muy importante de una civilización cualquiera. Colonia: ciudad fundada por una metrópolis)
Los principales productos con los que comerciaban los fenicios eran: metales preciosos, perfumes, sal y púrpura, que era un carísimo tinte para la ropa que se extraía de un molusco.
Las ciudades fenicias tenían en las metrópolis un sistema de gobierno monárquico, pero en las colonias se organizaron en oligarquías. (Oligarquía: sistema de gobierno en el que el poder lo tienen las familias más nobles o ricas de un lugar).



Los sarcófagos fenicios de Cádiz  Museo Arqueológico de Cádiz.

En cuanto a la fecha de la fundación de Gadir (Cádiz en lengua fenicia) las fuentes arqueológicas y escritas están en total desacuerdo. Según los autores clásicos (griegos y romanos) se fundó en el año 1100 a. C. Sin embargo, las fuentes arqueológicas sólo detectan presencia fenicia en Gadir a partir del 750 a. C.
            Las fuentes escritas no son en este caso muy fiables ya que las aportan escritores antiguos que hablan de oídas de cosas que habían sucedido mucho antes de que ellos nacieran. Las fuentes arqueológicas también se enfrentan a grandes problemas ya que la Cádiz antigua no es como la actual, sino que la formaban tres islas, por lo que su espacio no coincide en todo con la de hoy, quedando actualmente cubiertas por el mar algunas de sus zonas más importantes. Además las zonas que han permanecido emergidas hasta nuestros días están habitadas por lo que  es imposible excavar allí.
De todas formas sabemos que Gadir fue una de las ciudades comerciales más importantes de todo el Mediterráneo. Además era un centro religioso importantísimo. En ella había dos famosos templos (uno dedicado a Melqart y otro a Astarté) que visitaron personajes ilustres como Aníbal y Julio César. Además de centros religiosos estos templos eran centros culturales donde se almacenaba gran parte del saber de la época y al que acudían (incluso en época romana) importantes estudiosos para ampliar sus saberes.


Estos sarcófagos son una prueba de la riqueza de la ciudad, que la obtenía gracias a la pesca masiva del atún, a la extracción de sal, y al intercambio comercial de objetos de lujo.


Sarcófago fenicio masculino. Foto del día de su hallazgo, el 30 de mayo de 1887.


Vista aérea de Cádiz























"Sacerdote" fenicio de Cádiz

Estatuas votivas de época fenicia. Museo Arqueológico de Cádiz


MAPA DE TARTESSOS y TESORO DEL CARAMBOLO
En color verde aparecen las colonias fenicias.
En marrón oscuro la civilización tartésica y en marrón claro su área de influencia.
El resto de la península vive aún en la Prehistoria







MAPA DE TARTESSOS Y TESORO DEL CARAMBOLO
Los historiadores clásicos nos han transmitido antiguas leyendas sobre Tartessos. Según estos relatos Tartessos era un reino fabuloso en el que abundaban los metales preciosos y la agricultura y la ganadería proporcionaban una gran riqueza a sus habitantes. Este lugar mítico lo situaban en la actual Andalucía occidental. Argantonio, Gerión, Gárgoris y Habis habrían sido alguno de sus reyes.
Sin embargo la arqueología no ha podido aún confirmar todos los detalles que nos ofrecen estos relatos, entre otras cosas porque los restos de la escritura tartésica son muy escasos y porque no se han podido traducir. Lo que sí puede confirmar es que entre los siglos VIII y VI a. C. la zona que los historiadores antiguos conocían como Tartessos experimentó un gran avance económico y artístico.En la actualidad casi todos los historiadores están de acuerdo en que el auge de Tartessos se debió a  la llegada de los fenicios. El motivo de la llegada de estos navegantes de oriente era comerciar con los pueblos que habitaban el sur de la Península Ibérica. El contacto con los fenicios provocó que estos pueblos experimentaran un avance económico, cultural y artístico y adoptaran la "moda" fenicia en sus ornamentos, sus tumbas, sus viviendas, etc.
Uno de los poblados tartésicos más conocido es "el Carambolo". Estuvo situado cerca de la actual Camas, en Sevilla. Allí se encontró en 1958 un conjunto de piezas de oro destinadas a algún tipo de ritual religioso, restos de un edificio que se cree un templo y la famosa figurilla conocida como la "Astarté del Carambolo".Tesoro del Carambolo. Museo Arqueológico de Sevilla. Civilización Tartésica


Recreación de la principal hipótesis existente sobre la utilidad y colocación de las piezas que forman el Tesoro del Caramolo


Astarté del Carambolo. Museo Arqueológico de Sevilla















Bronce Carriazo. Llamado así porque éste era el apellido del arqueólogo que lo descubrió. Representa a la diosa Astarté. Museo Arqueológico de Sevilla.


Reconstrucción del Templo del Poblado del Carambolo. Se encontraba en la actual Camas, Sevilla.








































Ampurias


Ruinas del templo del dios Asclepio, Ampurias.

Cerámica griega procedente de Ampurias


MAPA DE ÍBEROS Y CELTAS

Íberos
El mundo Ibérico es el nombre con el que se conoce a los pueblos indígenas que ocupaban la costa mediterránea peninsular, desde el declive del influjo fenicio en esta zona (siglo VI a. C) hasta la invasión romana (siglo III a. C.)  Estos pueblos avanzaron desde la prehistoria hasta la historia gracias a la influencia de los fenicios. En la costa levantina y catalana, los pueblos íberos, contaron a demás con la influencia de las dos únicas colonias griegas peninsulares: Emporion y Rhode.
Según los antiguos historiadores griegos y romanos, la sociedad ibérica era una sociedad bastante jerarquizada. En ellas se nos habla de una cúspide formada por pequeños reyezuelos-caudillos locales y guerreros, y una gran base compuesta por gentes con escasos recursos. La clase alta de esta sociedad daba mucha importancia a la guerra, poseían caballos y armas de hierro. Además de su propio arte apreciaba mucho el arte griego, sobre todo la cerámica.
La base de la economía ibérica era la agricultura y la ganadería. Sin embargo, la ganadería parece haber sido considerada como más prestigiosa. Gracias a la influencia griega también se acostumbraron al uso de la moneda.
No conocemos el nombre de ninguna divinidad; por lo que no sabemos si eran indígenas o extranjeras. La mayor parte de ellas son femeninas y han sido halladas en tumbas pero, sobre todo, en los santuarios. También tenían escritura, con una evidente influencia greco-fenicia, pero aún no se ha descifrado.

Celtas

Mientras que el área del sur y el levante de la Península seguía una rápida evolución debido a la influencia de fenicios griegos y luego de cartagineses, el resto de la Península ibérica, al no recibir influencias de ninguna civilización, se quedó muy atrasada. Esta zona de la Península era un mosaico de pueblos todos independientes entre sí, a los que sólo unía una lengua y una cultura similar.

Era una sociedad donde no había verdaderas ciudades y el tipo de organización sociopolítica que existía era de tipo tribal. Es decir, que cada aldea era controlada por los miembros más ancianos de las familias más importantes.


En cuanto a la religión, hay que decir que no se observa un proceso de antropoformización tan acusado como en la zona ibérica, sin duda al calor de las influencias púnicas y griegas, aunque sí se documenta la existencia de toscos idolillos con forma humana. Pero hay indicios que permiten afirmar su creencias en fuerzas de la naturaleza así como en el sol y la luna. Al igual que en la zona ibérica, no existen templos propiamente dichos, sino santuarios en los bosques o montañas, e incluso en las cuevas. Los celtas no conocieron la escritura hasta que llegaron los romanos


























Poblado Ibérico en Puig de Castellar

Dama de Baza, encontrada en 1971 en dicha localidad Granadina.



Dama de Elche


Sepulcro Ibérico de Pozo Moro, Albacete.
Escritura Ibérca
Cerámica Ibérca


Escultura Ibérca
Castro celta de Santa Tecla, Galicia.
Toros de Guisando, Ávila. Civilización celta.


Ídolo Celta

"Tesera de Hospitalidad".
Los celtas entregaba a las personas bienvenidas
a sus poblados unos peculiares documentos.
Se trataba de pequeños trocitos de metal, u otros materiales,
donde aparecía el nombre del que era acogido
 y el del poblado además de otros detalles personales.
De este modo podía  enseñarlo cuando regresaran
 de un viaje a dicho poblado. Solían tener forma de animales.

Mapa del imperio cartaginés
Cartago era una antigua colonia fenicia que comenzó la conquista de la Península Ibérica a mediados del siglo III a. C. La razón fue que había perdido Sicilia durante la I Guerra Púnica contra los romanos y necesitaban compensar esta pérdida conquistando otro territorio. En este sentido, la ocupación de los cartagineses (también llamados púnicos) es diferente de la de los fenicios originales ya que éstos no conquistaron nada militarmente, sólo se limitaban a ocupar zonas vacías en las costas y a comerciar pacíficamente con los indígenas del interior.
El primero que llegó a la Península con intención de conquistarla fue Amílcar, de la familia de los Barca. Las fronteras de sus conquistas incluían casi toda la actual Andalucía. A su muerte su hijo Aníbal era aún un niño por eso fue su tío, Asdrúbal, quien se hizo con el poder. Asdrúbal extendió la frontera hasta controlar la zona de la actual provincia de Murcia (donde fundó Cartago Nova) y sus montañosos alrededores, zona con riquísimas minas de plata.
A la muerte de Asdrúbal, Aníbal por fin pudo tomar el mando. Continuó la expansión conquistando casi toda la Península Ibérica. Pero ante esta expansión, Roma no podía permanecer indiferente y se enfrentó con Aníbal en la llamada II Guerra Púnica.  Al final de esta guerra Roma consiguió derrotar a Aníball, y Cartago perdió sus territorios de la Península Ibérica

                ANÍBAL
Aníbal nació en Cartago hacia el siglo III a. C. Su padre se llamaba  Amílcar al que, como a todos los miembros de su familia, se le conocía con el apodo de  “Barca” que significa  “Rayo”. Con apenas diez años se traslada con su padre a vivir a Cádiz pero justo antes de zarpar hacia allí, Amílcar hizo jurar a su hijo en un altar donde se ofrendaba a los dioses, que debería convertirse en enemigo del pueblo romano tan pronto como pudiese. Una vez en Cádiz estudia griego y la lengua íbera, lo que le será muy útil en su futuro.
Con veinticinco años se convierte en el jefe del ejército cartaginés y lo primero que hace es declarar la guerra a Roma. Tras salir de la Península Ibérica y cruzar los Alpes penetró en Italia y  venció a cuantos ejércitos romanos se enfrentó, siempre más numerosos y conocedores del terreno. Pero aunque Aníbal siempre vencía, Roma siempre podía equipar con rapidez un nuevo ejército, cosa que no podía hacer Aníbal. La misma ciudad de Roma estuvo a punto de caer en sus manos, hecho que, de haberse producido, hubiera modificado sensiblemente la historia y, por lo tanto,  nuestro presente.
Al final, su mermado ejército no pudo resistir  más, salió de Italia y regresó para defender su patria, ya que ahora era Roma la que pretendía invadir Cartago. Cerca de ella perdió su única batalla, era el fin de la II Guerra Púnica.
A partir de entonces Aníbal se ve obligado a exiliarse precipitadamente de su ciudad natal. Desde esa fecha hasta la de su muerte, producida 12 años más tarde, Aníbal se convierte en un prófugo de Roma que intenta buscar alianzas con los reyes helenísticos para intentar hacer fracasar los planes de expansión de Roma.
Finalmente, acosado por los agentes romanos, decide suicidarse a la edad de 64 años. Había muerto uno de los mejores generales de la historia.

Reconstrucción de Cartago
Reconstrucción de Cartago, detalle del puerto.
Fotografía de Cartago en 1958
Sacrificios humanos al dios Molch

Tofet (cementerio) de niños en Cartago.